domingo, 21 de febrero de 2010

21/02/2010

las migajas sobre la mesa, manchas de vino o restos pasajeros
las cosas sin vida como compañeros inútiles
playas solitarias que se encuentran
las tremendas aguas que se encuentran
montañas que se unen, abrazos desaparecidos en lo ajeno
y las manchas persisten son vestigios perversos sobre el animal
belicoso, que se pega a nuestras espaldas
y en su piel vamos todos
, acariciando sus sabores, paladeando sus aromas


y el desvelo oculta algún destino?

las migajas sobre la mesa, tendido el cuerpo se hace vino
descansa en su forma vertical, a la usanza geométrica
de alguna ciencia oscura.
y repite su golpe sordo que invita a otra causa
a otra vida a otro tiempo
donde habitan los que hablan el idioma del perdido
que ofrece sus manos, que extiende sus brazos,
en señal de cariño.

lunes, 8 de febrero de 2010

AJEDREZ ROMÁNTICO


El siglo XIX plena época del Romanticismo -movimiento cultural originado en Alemania y en el Reino Unido que surge como reacción al Racionalismo de la Ilustración y el Clasicismo- fue fiel testigo de la aparición de grandes poetas, teniendo en la figura de
Johann Wolfgang van Goethe y Johann Friedrich Hölderlin, a dos de sus más ilustres representantes.
El ajedrez tampoco estuvo ajeno a los influjos pasionales de esa época, dándose en el tablero brillantes partidas, cruzadas por la imaginación y el sacrificio de más de una pieza de valor. Acciones que se justificaban tanto por la belleza de los movimientos como por la efectividad de estos; combinaciones que hacían estremecer la conciencia y que se inmort
alizaron para la posteridad.
Es en este siglo donde coinciden un grupo selecto de ajedrecistas de la más alta talla: Labourdonnais, Anderssen, Morphy, Blackburne, Chigorin, Janowsky; entre otros genios del ajedrez de ataque.

En el libro 500 combinaciones del siglo XIX, del Maestro español, Richard Guerrero, se pueden apreciar toda clase de jugadas ingeniosas; desde sencillas, pero no menos bellas combinaciones de mate en 2 jugadas, especiales para principiantes, hasta otras más complejas, que requieren 9 o 10 jugadas de profundidad.Estas últimas, incluso un desafío para maestros de esta disciplina, pero que tampoco dejarán indiferente al aficionado. Un libro especial para los entusiastas que disfrutan, en las vacaciones
, de su tiempo de ocio. Sus mentes despejadas de preocupaciones ,y de los deberes mundanos, se lo agradecerán.

Por último y, a modo de ejemplo, les dejo esta bella combinación de mate: